11 Pronto envió a las ciudades marítimas una invitación para que
vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo entregar noventa esclavos
por un talento sin esperarse el castigo del Todopoderoso que estaba a punto
de caer sobre él.
12 Llegó a Judas la noticia de la expedición de Nicanor. Cuando
comunicó a los que le acompañaban que el ejército se acercaba,
13 los cobardes y desconfiados de la justicia divina, comenzaron a
escaparse y alejarse del lugar;
14 los demás vendían todo lo que les quedaba, y pedían al mismo
tiempo al Señor que librara a los que el impío Nicanor tenía vendidos aun
ante de haberse enfrentado.
15 Si no por ellos, sí por las alianzas con sus padres y porque
invocaban en su favor el venerable y majestuoso Nombre.
16 Después de reunir a los suyos, en número de 6.000, el Macabeo les
exhortaba a no dejarse amedrentar por los enemigos y a no temer a
la
muchedumbre de gentiles que injustamente venían contra ellos, sino a
combatir con valor,
17 teniendo a la vista el ultraje que inicuamente habían inferido al
Lugar Santo, los suplicios infligidos a la ciudad y la abolición de
las
instituciones ancestrales.
18 «Ellos, les dijo, confían en sus armas y en su audacia; pero
nosotros tenemos nuestra confianza puesta en Dios Todopoderoso, que
puede abatir con un gesto a los que vienen contra nosotros y al
mundo
entero.»